Tristeza, mi amiga inseparable, ¿Quién te inventó?, ¿Acaso fui yo tu creadora? ¿Acaso sin mi no existirías? ¿Te alimenté de mi soledad? ¿De mis angustias ? ¿De mi dolor? ¿O quizá de mi pérdida inaceptable? Quiero saberlo porque...
Te he llevado por tanto tiempo conmigo, haz sido mi amiga, mi compañera de aventuras, mi sombra, la que ha estado a mi lado en mi soledad, cuando te he necesitado ahí estás tú, acompañando mi dolor, ese dolor lacerante que me quema como fuego en el alma, tu no me haz abandonado, me haz sido fiel a lo largo de mi triste vida, cuando perdí mi infancia, mi juventud, mi madurez, te tuve tan cerca que te siento como mi propia carne, mi propia vida.
Hoy te tengo más cerca que nunca, porque he perdido la razón de vivir, porque perdí lo mas amado de mi vida, lo que nunca debí perder, la razón de mi existencia, desde que lo tuve por primera vez en mis brazos, ese pequeño pedazo de mis entrañas, de mi sangre, de mi carne, ese ser que llenó mi vida y que al verlo por primera vez lloré de alegría, de una inmensa sensación de grandeza, de felicidad, porque en ese momento no había nada que fuera mas hermoso ni más fuerte que tenerlo entre mis brazos.
Lo guíe en sus primeros pasos, lo vi crecer sano, fuerte, lleno de emociones, de ilusiones, y lo amé y lo sigo amando cada instante, día a día, aunque ya no esté conmigo; compartimos ilusiones, alegrías, penas, ausencias, abandonos, triunfos, decepciones, y también compartimos a mi amiga la tristeza y aunque luché porque no fuera así, ella se encargó de incrustarse en nuestras vidas, y me llena de dolor admitir que mi amor por Él no fue lo suficientemente fuerte para vencerla.
Y ese ser tan amado se fue, ¿Quién me lo quitó?, ¿Fue la muerte?, ¿Fue Dios?, ¿Fue el destino?, no lo se, y me quedé tan sola, tan sin vida; pero no, miento, me quedó mi amiga, la tristeza, la que ahora está siempre conmigo y me acompañará hasta el último instante de mi vida; por eso pacté con ella, si no me abandona, si no se aleja de mi, si me acompaña en mi dolor y en mi soledad, le prometo que yo nunca la abandonaré y seguirá siendo mi amiga inseparable y cuando muera, egoístamente quiero que se vaya conmigo, para que nunca más sea la amiga de nadie más.
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