Felipe Calderón Hinojosa, Ejecutivo Federal, urgió a miembros del Senado, la aprobación sin ningún tipo de enmiendas como dijo: "sin que descuarticen" su iniciativa de Ley de Seguridad Nacional. Y lo vergonzoso es que Legisladores de la Cámara de Diputados, obedecieron aunque especifican que en lo general, y los panistas se reservan los artículos relativos a la declaratoria de afectación de seguridad al interior.
Esto nos da un marco de sumisión y sometimiento de legisladores al ejecutivo, aunque aclaramos: el PT se opuso a la aprobación de esta violatoria Ley de Seguridad.
¿Qué connotación tiene?, que coloca al ejército por encima de la autoridad civil, y lo convierte en guardián de la seguridad nacional interna y no contra fuerzas armadas del exterior y además de forma omnipotente.
Con frustración e impotencia escuchamos vía televisiva, a Felipe Calderón en un evento nacional expresar: " son necesarios cambios legislativos que permitan la regulación de la participación de las Fuerzas Armadas en la lucha interna, dando mayor certidumbre jurídica y operativa a su acción y no únicamente imputaciones alevosas y tramposas, porque en muchos casos son víctimas y no victimarios y en una constante de arriesgar sus vidas cotidianamente tanto soldados como marinos". "Además, no se vale que en la mañana vayan y pidan que mande más ejército y más marina y por la tarde salgan a criticar el problema de violencia que genera el Gobierno Federal, porque no es así".
Pero, analicemos esta aprobada Ley de Calderón:
Esta Ley de Seguridad Nacional, contiene puntos anticonstitucionales, plenos de autoritarismo y peligrosos; como darle total facultad a Calderón para enfrentar por medio de las fuerzas armadas y el CISEN medidas de represión, espionaje e interrogatorios a civiles o a su actuación, de forma aleatoria, con toda la fuerza castrense, en todo tipo de conflictos como: alteraciones del orden civil, de carácter político, electoral, de índole social, del trabajo, cuando considere según su criterio que constituya un desafío o una amenaza a la "seguridad interior", o por un supuesto "mayor peligro para la seguridad nacional".
Asimismo, darle atribuciones a soldados, marinos y agentes del Cisen, mediante un poder ilimitado para intervenir comunicaciones telefónicas e integrar expedientes confidenciales, restringir la circulación de mercancías y vehículos, revisar las pertenencias de particulares en las calles aleatoriamente; requerir información a civiles, con cualquier herramienta que crean necesaria, contar con información anónima para utilizarla en sus tareas de inteligencia y contra inteligencia para el uso que consideren pertinente.
EN RESUMEN; CALDERÓN PRETENDE LEGALIZAR LA SUSPENSIÓN DE FACTO DE LAS GARANTÍAS INDIVIDUALES CON ESTA, SU LEY; pero sin asumir su responsabilidad por imponer una declaratoria formal de un estado de excepción que le tendría un costo políticosocioeconómico y civil de enormes proporciones.
Lo que el Ejecutivo Federal nunca admitirá: que su soberbia, autoritarismo, falta de trabajo político y de inteligencia de sus cuerpos federales, ha provocado que el país esté cayéndose a pedazos, ensangrentado, abusado por el Ejército, Marina, poder político, legislativo y judicial, además violado en todos sus derechos humanos y constitucionales.
Y por último la ceguera y sordera política de Calderón, no le permite aceptar la "Propuesta de Estado de Seguridad y Justicia en Democracia" del Rector de la UNAM, José Narro Robles.